A pesar de que las facturas electrónicas en México ya llevan tiempo entre nosotros, pues desde hace cinco años ya se utilizaba de manera opcional este esquema, no es sino hasta los últimos meses en que se ha puesto mucha más atención en ellas y es que a partir del 1 de enero de 2011 entra en vigor la obligatoriedad del uso del comprobante fiscal digital. Seguramente ya se habrá enterado de las posibilidades que existen en el mercado para emitir facturas electrónicas y también de los esquemas existentes; sin embargo, el tema “por medios propios” aún no es comprendido en su totalidad, generando desconfianza entre los contribuyentes.
El mito de facturar por medios propios
Primero que nada, el panorama es general para todos los obligados a acatar la norma fiscal: A partir del próximo año todas las personas físicas o morales que hayan tenido ingresos mayores a cuatro millones de pesos durante el ejercicio fiscal 2009 están obligadas a emitir facturas electrónicas. Un contribuyente puede optar por hacerlo con un proveedor autorizado (la gran mayoría de personas físicas con actividad empresarial han optado por la emisión por medio de un tercero autorizado) o puede hacerlo por sus propios medios (la gran mayoría de empresas corporativas han adoptado por este esquema).
La emisión por medios propios se implementa cuando la empresa que usará un sistema de este tipo adquiere una solución que se integra a su propia infraestructura, pide por lo menos un sello digital y solicita por lo menos una serie y un rango de folios ante el SAT. Este esquema implica que la emisión de los datos de facturación de la empresa sea en forma sistematizada (no facturas hechas a mano), que la asignación de los folios fiscales sea secuencial y no repetida y sobre todo que la información que se genere sea almacenada en el sistema operativo de la empresa, haciendo este proceso mucho más seguro.
Cuando una empresa cuenta con todos los elementos en sus propios sistemas para emitir un comprobante fiscal digital (CFD), no requiere ningún permiso especial.
Además, si una empresa factura electrónicamente por medios propios en lo que resta del 2010, puede continuar con este esquema durante todo el 2011, olvidándose (al menos durante ese año) de cambiar de proveedor debido a las nuevas certificaciones que un tercero autorizado debe acatar.
Esta es una buena noticia en todos sentidos para los contribuyentes, porque evitan migrar nuevamente hacia la solución de otro proveedor en caso de que éste no haya logrado obtener la nueva certificación que el SAT lanzó recientemente (de ser PACFD, Proveedor Autorizado de Certificados Fiscales Digitales a PSECFDI, Proveedor de Servicios de Expedición de Certificados Fiscales Digitales a través de Internet).
De cualquier manera, es un hecho que la factura electrónica en México ha pasado a ser un proyecto importante en las prioridades de un cada vez mayor número de empresas importantes en el corto plazo, porque sin lugar a dudas, la transición de un esquema a otro provocará un cambio importante en la fiscalización del gobierno mexicano.
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